2.6. Electroeyaculación.
Mediante la aplicación de descargas eléctricas de diferente intensidad y con frecuencia programable podemos obtener un eyaculado sin que el macho experimente excitación sexual, al provocar la contracción brusca de vesículas seminales. Se realiza vía rectal y es una técnica muy utilizada en otras especies como el ganado bovino o en especies salvajes para la creación de bancos genéticos (Crump y Crump, 1994). Sin embargo, en los équidos produce un gran sufrimiento al provocar contracciones dolorosas sin eyaculación que incluso puede llegar a la muerte del semental (Mc Donnell y Odian, 1994). Además la muestra recogida es de peor calidad por lo que es mucho más conveniente el uso de la recolección manual o la vagina artificial.

2.7. Extracción de espermatozoides de conducto epididimario.
Los espermatozoides de epidídimo pueden obtenerse post-mortem o tras una castración, de hecho, el primer potro nacido de semen congelado se obtuvo a partir de espermatozoides de epidídimo (Barker, 1957). Para la obtención de los espermatozoides se disecciona el epidídimo y se coloca una cánula en el conducto deferente, posteriormente se secciona el epidídimo en la zona de unión entre el cuerpo y la cola del epidídimo y se realiza un lavado retrógrado de la cola del epidídimo con un diluyente adecuado.

En la muestra recogida encontraremos un gran número de espermatozoides inmaduros, caracterizados por tener gotas citoplasmáticas. Además la muestra presentará bajos porcentajes de movimiento debido a que los espermatozoides no han estado en contacto con el plasma seminal. Cuando la recolección se realiza post-mortem el estado de las células suele ser muy deficiente, ya que los espermatozoides son especialmente sensibles a la hipoxia, la acción de los fármacos y la endotoxemia. Por ello la obtención de semen en animales muertos por cólico o enfermedades que han precisado tratamientos farmacológicos no obtiene buenos resultados (Crump y Crump, 1994; Braun y col., 1994).