La zona de recogida debe de ser lo más tranquila posible para evitar estímulos externos que puedan distraer a los animales. Necesitamos además que sea una zona segura y con espacio suficiente tanto para los animales como para los técnicos que realizan la recogida, así como limpia y libre de polvo. El suelo debe estar nivelado, limpio, no ser resbaladizo (aún cuando esté mojado) y poseer un sistema de drenaje eficaz. La sala no debe usarse para realizar tratamientos, curas, extracciones de sangre o algún otro tipo de intervención que pueda provocar estrés a los animales y que asocien el entorno con manipulaciones que le hayan producido dolor.

La obtención de esperma puede realizarse también en zonas de exterior; no obstante, es más probable la aparición de interferencias en el método tales como distracciones del semental por la presencia de animales, personas o vehículos, cambios bruscos de temperatura ambiental que afectaran a la temperatura final de la vagina artificial y la presencia de fenómenos meteorológicos tales como tormentas y lluvia. Además, no debemos obviar que la distancia entre la zona de recogida y el laboratorio debe ser mínima.