Busco en la muerte la vida,
salud en la enfermedad,
en la prisión libertad,
en lo cerrado salida
y en el traidor lealtad.
Pero mi suerte,
de quien jamás espero algún bien,
con el cielo ha estatuido que,
pues lo imposible pido,
lo posible aun no me den
El Quijote, Primera parte, Capítulo
XXXIII no cuenta a Sancho la novela del Curioso
impertinente, Anselmo, al que la maldad con tanto
artificio hasta allí cubierta le costó
la vida por su impertinente deslealtad.
Me he permitido iniciar este discurso
con un pasaje de El Quijote como modesto homenaje
de nuestra Institución a la obra más
importante de la Literatura Española en el
año en que se cumple el cuarto centenario de
su publicación.
Hace poco más de un mes, un
importante diario de difusión nacional publicaba
un estudio donde aparecía una clasificación
de las universidades españolas en función
de su excelencia en investigación.
En él, la Universidad de Córdoba
aparecía en el primer tercio nacional, la primera
de Andalucía y por delante de algunas de las
universidades clásicas y centenarias de nuestro
país. Somos también la primera universidad
de las ubicadas en las regiones denominadas “Objetivo
1”, en función a su menor riqueza por
la Unión Europea.
Este hecho nos llena de orgullo y
satisfacción, pero no nos enloquece en cuanto
al papel de las ciencias aplicadas en la Universidad,
es más, entendemos que ese enamoramiento repentino
por todo lo que es tecnológico es una peligrosa
tendencia que se extiende de una forma generalizada
entre nuestra sociedad y entre nuestros gobernantes
y está llevando a determinadas tomas de posiciones
–por exceso o por defecto- sobre el papel que
deben jugar en la Universidad Española las
Humanidades y lo que denominamos las Letras en general,
que con toda probabilidad protagonizarán la
discusión y la polémica en los próximos
meses.
Los que ya peinamos canas recordamos,
como escribía en otro diario nacional, este
verano, otro periodista, Fernando Iwasaki, que cuando
estudiábamos en los años 60, el Régimen
quería imponer una universidad tecnocrática
donde las Humanidades no tuvieran cabida porque encarnaban
el pensamiento crítico y porque los prebostes
de la dictadura no pensaban ni querían que
los demás pensáramos.
Recordemos, decía también
el columnista, que la revolución, acaso no
fallida añado yo, del mayo francés del
68, fue urdida por filósofos, lingüistas,
historiadores, etc. que buscaban un mundo mejor, alejado
del capitalismo materialista que ya se cernía
sobre la vieja Europa.
“La imaginación al poder”
gritaban aquellos jóvenes idealistas; yo diría
hoy, al cabo de casi cuarenta años, en un momento
en el que la técnica se ha convertido en el
nuevo vellocino de oro de los clásicos, hemos
inventado de nuevo el hierro -creen algunos con
la insensatez que produce la ignorancia- “Pensamiento
al poder”.
El Chancellor de la Universidad de
Berkeley, Robert J. Birgeneau un afamado físico
teórico, ha escrito recientemente:
“Creo firmemente en el concepto de
Universidad pública investigadora y
enseñante, y es, en este contexto,
en el que debemos hablar de liderazgo: liderazgo en
investigación, educación y en el servicio
público".
En Berkeley, tenemos una experiencia
coherente de grado, en paralelo con un postgrado en
los que la investigación y la enseñanza
de las artes y ciencias, humanidades, ciencias sociales,
y educación profesional, se unen armoniosamente
-de la misma manera que trabajan las secciones en
una gran orquesta sinfónica”.
Eso es lo que tratamos de emular
en Córdoba y un ejemplo de ello es nuestro
Programa de Estudios Hispánicos Preshco. Hoy,
además de inaugurar el curso académico,
celebramos los 25 años de dicho programa -dos
tercios de la historia del campus cordobés
- que se caracteriza por su armonía y su acercamiento
a las humanidades, que ha posibilitado el paso por
las aulas de nuestra Facultad de Filosofía
y Letras, su principal protagonista, a cerca de dos
mil estudiantes estadounidenses, y en el que se encuentra
implicada nuestra universidad conjuntamente con seis
de las más prestigiosas instituciones docentes
de los Estados Unidos, hoy representadas aquí
por sus Presidentes, demostrando de una manera fehaciente
el concepto de universidad armónica.
Así, The College of Wooster's
lo está por el Dr. R. Stanton Hales un especialista
en matemáticas y ciencias de la computación,
campeón de los Estados Unidos de badminton;
el Dr. Ronald A. Crutcher presidente de Wheaton College,
profesor de música y afamado chelo, integrante
en sus ratos libres del Klemperer Trio y
cofundador del Chanticleer String Quartet
y especialista en Planes Estratégicos de Universidades;
la Dra. Diana Chapman Walsh presidente del Wellesley
College especialista en ciencias sociales y del comportamiento,
poetisa que conoce bien los temas del liderazgo y
la democracia en los lugares de trabajo; la Dra. Nancy
S. Dye presidente del Oberlin College, especialista
en la moderna historia de los Estados Unidos, sobre
todo en lo que tiene que ver con los derechos de los
trabajadores y las mujeres; la Dra. Carol Tecla Christ
presidente del Smith College, especialista en inglés,
con una amplia trayectoria en la gestión universitaria
y luchadora en favor de las minorías raciales
y la igualdad de género; y por último
el Dr. James F. Jones, Jr presidente del Trinity College,
profesor de humanidades, un firme convencido de la
necesidad de integrar la universidad en su entorno
social.
“Los estudiantes de Preshco, los “preshquitos”,
son, decía yo el día en el que se le
entregó la distinción Tomás de
Aquino al Programa, unos alumnos apreciados y queridos
en la Universidad de Córdoba que, dinámicos
y creativos a la hora de desarrollar y actualizar
un programa en constante evolución y perfeccionamiento
en cuanto a sus contenidos y planteamientos, se han
convertido por méritos propios, en parte casi
indisoluble de la Facultad de Filosofía y Letras
que les acoge.
Son también los mejores embajadores
en su país de la cultura y la lengua española
que conocen a través de un compendio de asignaturas
que van desde el Arte y la Historia hasta las estructuras
de la Unión Europea, la antropología,
el idioma o la artesanía.
Pero, sobre todo, son los mejores
valedores de cuanto el entorno social de Córdoba
significa.”
Y hablando de entorno social, nuestra
universidad, como el resto de las de Andalucía,
aún no ha podido constituir al completo su
Consejo Social, y no por factores inherentes a nuestras
instituciones, a pesar de que lo tendrían que
haber hecho hace ya casi dos años.
Por eso es encomiable el trabajo
de los presidentes y sus consejeros que, a pesar de
la constitución en precario, están poniendo
todas sus energías en cumplir lo que de ellos
se demanda, Consejos Sociales que, en el caso del
de la Universidad de Córdoba, siempre han sabido
estar a la altura de las circunstancias y responder
a las necesidades que desde nuestros distintos órganos
les demandábamos.
Los presidentes que hemos tenido
han sido cruciales en estas circunstancias y Alfonso
Sobrado Palomares no ha sido una excepción,
sino algo más que una excepción.
Casi con toda seguridad, Alfonso
nunca hubiera imaginado que en un momento de su vida,
en el que quizá ya buscaba cierta tranquilidad
y la satisfacción de poder dedicarse a esas
cosas que siempre sueñan llevar a cabo las
personas que han vivido una trayectoria profesional
y personal tan rica e intensa como la suya, se le
iban a plantear nuevos retos desde una instancia,
en principio tan alejada de su actividad periodística
profesional, como es la Universidad y en un tiempo
tan complicado como el que actualmente vive la institución.
Pues bien, Alfonso ha sabido desde
su experiencia, desde sus vivencias, desde su capacidad
para comprender y abordar situaciones complejas, desde
su fina sensibilidad de gallego - en este caso de
un gallego que sí se sabe si sube o baja la
escalera - para detectar y analizar las claves de
los problemas, desde su facilidad para la relación,
su don de palabra, su sencillez y elegancia en el
trato y sobre todo desde su creatividad y capacidad
de iniciativa, hacer avanzar al Consejo Social de
nuestra Universidad por senderos que hoy lo sitúan
en magníficas posiciones sobre las que llevar
a cabo con éxito las misiones que el nuevo
marco legal encomienda a estos órganos colegiados.
Una labor que ha sabido siempre comprender
y dinamizar, sumando voluntades, aglutinando iniciativas
y aportando su amplio bagaje de experiencia y conocimiento.
Con esta distinción y el reconocimiento
de la institución va también la amistad
de cuantos hemos tenido la oportunidad y la suerte
de tratarle durante estos años. Y también
nuestro deseo de que prosiga en ese espíritu
y ese empeño allí donde le llame el
futuro, que seguro ha de seguir siendo para él
rico en proyectos y en satisfacciones.
Si yo me hago árbol viejo al otro
lado del río,
y me toca ser el árbol que recuerda y sueña,
puedes estar bien seguro que soñaré
contigo…,
cantaba, querido Alfonso, el poeta
de Mondoñedo Álvaro Cunqueiro.
Juntos con gente como tú, y como la actual presidente
y con el resto de los miembros del consejo social,
perseguimos el ideal de una universidad pertinente,
entendida como la capacidad de los Sistemas de Educación
Superior y de sus Instituciones de dar respuesta a
las necesidades del entorno. Pero nosotros queremos
ir más allá, la Pertinencia no sólo
debe ser laboral (y menos en su acepción estrecha
referida sólo al empleo que es lo que muchas
veces se nos demanda desde el mundo empresarial),
sino también social.
En un país complejo como
España y en un continente como Europa en los
que cada vez somos más pluriétnicos
y pluriculturales, la pertinencia debe ser también
generosamente cultural.
Buscamos la “Universitas”
entendida como el lugar de encuentro de lo plural
y lo diverso como contraposición al refugio
de minorías clasistas controladas desde los
poderes económicos o políticos.
La pertinencia no debe ser un tema
puntual de carácter técnico o de competencia
exclusiva de los encargados de la proyección
o extensión social de las Instituciones de
Educación Superior; por el contrario, debemos
tomarla como un asunto que tiene que ver con la naturaleza
intrínseca y los objetivos y funciones de nuestra
institución, porque en una sociedad donde se
globaliza la desigualdad y la injusticia ser pertinente
debe ser sobre todo un imperativo ético y político.
Decía Herbert George Wells,
el famoso escritor inglés autor de “La
Guerra de los Mundos”, que hay personas que
sufren tres clases de problemas: los que tienen,
los que han tenido y los que van a tener, y es
probable que de este maleficio no se libren –
o nos libremos- algunos de los que hoy estamos aquí.
En los últimos años, hemos venido trabajando
con más o menos acierto, tratando de conseguir
una universidad más permeabilizada con su entorno
que ofrezca a la sociedad lo que creemos nos pide,
intentando siempre alejarnos de modas pasajeras y
eslóganes que pueden ser muy buenos para otros
menesteres, pero que consideramos inútiles
en una institución que quiere y debe sobrevivir
a sus dirigentes.
En ese sentido, es necesario reconocer
que algunas de las iniciativas que desde esta universidad
hemos puesto en marcha han dado escasos resultados,
o están a punto de convertirse, como consecuencia
de la falta de lealtad institucional y desconocimiento
de cual es el estatus jurídico dentro de la
Administración del Estado de las universidades
españolas por parte precisamente de algunos
de los que deberían ser los garantes de nuestra
autonomía, consagrada en la Constitución
–Artículo 27.10 y tan a pulso ganada
durante los años de lucha antifranquista, en
un verdadero quebradero de cabeza para todos.
En la Universidad de Córdoba,
aún nos queda mucho que aprender acerca de
la compleja problemática de los juegos de poder,
influencia y beneficios y perjuicios políticos
que conllevan siempre la puesta en marcha de los grandes
proyectos de ciudad y que en multitud de ocasiones
los condenan al fracaso.
Analizaremos lo hecho, escucharemos
a las distintas sensibilidades de nuestra universidad,
rectificaremos nuestros errores, que probablemente
sean muchos, pero eso si, seguiremos luchando por
que esta ciudad y su provincia avancen en la conquista
de una mejor situación socioeconómica,
en estos proyectos y en todos aquellos nuevos que
permitan que Córdoba y los cordobeses sean
más cultos, más libres y más
solidarios.
En nuestro informe al Claustro celebrado
el año pasado nos comprometimos a impulsar
las tareas de Investigación de nuestra Universidad
sin dejar de lado el apoyo a la docencia y a la formación,
con la adopción de una serie de medidas que
incluían de manera destacada el incremento
del 25% del Plan Propio de Fomento a la Investigación.
Podemos afirmar que hemos cumplido, en lo fundamental,
nuestro compromiso.
Sin embargo no debemos limitarnos
a lo realizado, sino continuar la tarea en la misma
dirección y con renovados esfuerzos.
Si tuviésemos que seleccionar
un rasgo específico de nuestra Universidad,
algo que la hace diferente y mejor que las de nuestro
entorno, elegiríamos su potencial investigador
y su equilibrio en la oferta docente, esa armonía
sinfónica de la que hemos hablado anteriormente.
El año pasado, y en un día
como hoy, mencionábamos unas palabras del Secretario
General de Universidades e Investigación del
Gobierno Andaluz, que decía “que la Universidad
de Córdoba es la que siempre sale más
guapa en todas las fotos”.
Como ya hemos mencionado anteriormente,
la prestigiosa revista “Scientometrics”
en uno de sus últimos números en
el que se analiza la “excelencia investigadora”
y el “esfuerzo investigador” de las universidades
españolas, la Universidad de Córdoba
obtiene una muy buena calificación.
Estos resultados son el fruto del
tesón, inteligencia y trabajo de nuestros investigadores
y académicos. A ellos quiero rendir público
reconocimiento por su esfuerzo y asegurarles que desde
el Rectorado vamos a continuar nuestro trabajo para
dotarlos de las mejores condiciones para su tarea,
que es nuestra mejor carta de presentación
ante la sociedad.
Y, coherentemente, señalo
las siguientes líneas de acción; por
ellos, continuaremos la política de incremento
sustancial de recursos al Plan propio iniciada el
pasado año con el compromiso de aumentar para
el próximo ejercicio económico su dotación,
dado que el esfuerzo en investigación debe
ser muy prolongado en el tiempo para que fructifique.
Estabilizaremos en los próximos
meses, como profesores Contratados Doctores, a los
investigadores que se incorporaron a nuestra Universidad
en la Convocatoria 2001 del Programa Ramón
y Cajal. De esta manera adelantamos un año
las previsiones existentes, con la finalidad de incorporarnos
al programa I3 del Ministerio de Educación
y Ciencia.
Esta medida es pionera en las universidades
andaluzas, alguna de las cuales ya ha indicado su
deseo de adoptarla.
Se trata de explicitar nuestro compromiso
con las nuevas generaciones de investigadores, incorporando
a científicos bien entrenados, con amplia formación
en el extranjero y con reconocida valía; no
hacemos sino fortalecer las mejores señas de
identidad de nuestra Universidad.
Y por último realizaremos
una nueva convocatoria de infraestructura para los
grupos de las Áreas de Humanidades, Ciencias
Jurídicas y Sociales, que tendrá un
horizonte trianual, para facilitar al máximo
el trabajo de sus investigadores.
En definitiva, queremos dar los pasos
necesarios para que la Universidad de Córdoba
mantenga su liderazgo en el campo de la Investigación,
a nivel no ya andaluz sino nacional.
Tal vez así se cumpla el deseo
que expresamos el año pasado en la apertura
del curso… algún día, el estudiante
que descubra la energía limpia, la vacuna contra
el SIDA, etc. podrá decir que se formó
en nuestra Universidad.
En una apertura de curso como la
de hoy, con un marcado carácter internacional,
no podía faltar que habláramos de los
procesos de internacionalización. Un curso
más se pone de manifiesto que la Universidad
de Córdoba es claramente un destino elegido
de forma creciente por estudiantes de los diversos
programas en los que participamos.
En el total de intercambios realizados,
el 61,4% se corresponde a estudiantes recibidos, mientras
que solo un 38,6% fueron los que optaron por recibir
enseñanzas fuera de Córdoba.
La fortaleza de ser universidad de
destino debe ser impulsada como forma de afrontar
sin sobresaltos el espacio común europeo de
enseñanza superior, de manera que el pleno
funcionamiento de éste no suponga un detrimento
de estudiantes sino, por el contrario, un incremento
de personas que puedan acceder desde otros países
a nuestras aulas.
Como contrapunto, volvemos a constatar
que internamente nuestra comunidad universitaria está
poco sensibilizada por el fenómeno de la internacionalización,
persistiendo las dificultades económicas, sociales,
lingüísticas, organizativas y administrativas
que limitan la salida al exterior de buena parte de
los estudiantes y del profesorado.
La internacionalización no
sólo es un deber: es un derecho y una necesidad
para que nuestros egresados puedan afrontar un entorno
de empleo que se extiende a toda la Unión Europea
y a la América Latina. Es necesario, pues,
tender a igualar los flujos de salida con los de entrada,
y realizar esfuerzos notables que eliminen barreras
socioculturales, económicas y lingüísticas.
Es preciso liderar desde la Universidad
el cambio de las visiones localistas que poseen, con
frecuencia, nuestra comunidad universitaria y nuestra
sociedad y
revertirlas hacia perspectivas lo más amplias
posibles, con lo que sin duda se favorecerá
el desarrollo futuro de Córdoba y su provincia.
La Universidad debe ser un agente
transformador en el ámbito cultural y social,
debe impartir no solo una formación académica
reglada de calidad y realizar una investigación
de excelencia, sino que además tiene la obligación
de enseñar a pensar, de formar personas cultas,
solidarias y libres.
Por ello, nuestra universidad es
un espacio para el pensamiento crítico, la
reflexión y el desarrollo social, que pasa
inexcusablemente por el desarrollo individual de cada
persona.
Con las actividades de sus aulas
y cátedras intentamos dar respuesta a sectores
de dentro y fuera de la comunidad universitaria que
demandan formación en ámbitos candentes
a los que día a día nuestra sociedad
se enfrenta tales como: la igualdad
de las mujeres, la empresa familiar, los problemas
medioambientales, el hambre y la pobreza, la crisis
de valores, la solidaridad y el voluntariado, la lucha
por la consecución de la paz, o bien desde
sus actividades se cultivan las artes, el cine, la
música, el flamenco o la poesía.
En síntesis, cabe reseñar
que a pesar de las dificultades, pero gracias a una
fluida colaboración con otras instituciones
y a la voluntad de un nutrido conjunto de miembros
de nuestra comunidad, se viene realizando una notable
labor de proyección y extensión universitaria
que se ve complementada con toda una serie de actividades
culturales singulares desarrolladas bajo los auspicios
de nuestra institución.
Hay que continuar en este camino
y reforzar las actuaciones en este campo para contribuir
de forma decisiva a la Capitalidad Cultural, reto
que asumimos desde nuestra integración en la
Fundación que a estos efectos acaba de ser
creada; el binomio Córdoba Capital Cultural,
Córdoba Ciudad Universitaria, deberá
ser uno de los grandes objetivos en los próximos
años, nuestra ciudad se lo merece.
Los avances del conocimiento hacen
necesaria su continua actualización para un
óptimo rendimiento profesional, conformando
lo que se ha venido a denominar “formación
continua”. Por otro lado, amplios sectores sociales
demandan su incorporación al proceso de educación
superior, exigiendo itinerarios curriculares específicamente
diseñados para finalidades concretas.
También es un hecho real la
necesidad de ofertar cursos de formación que
respondan a los nuevos yacimientos de empleo o a las
demandas específicas de tipo nacional o internacional.
Por ello, en los últimos tres
años hemos incrementado notablemente el número
de cursos que se ofertan por parte del profesorado,
y se ha ido progresivamente aumentando el nivel de
control sobre los mismos. También se ha incrementado
considerablemente el número de cursos y sedes
de la Universidad de Verano "Corduba".
Pero una vez más quiero plantear
que quizá sea el momento para replantearse
una redefinición del modelo pasando a uno de
índole más provincial y menos centralizado
en la capital.
Nos falta todavía dar el salto
hacia una limitación del número de cursos,
buscando la calidad y no la cantidad de los mismos.
Y, especialmente, es necesario un control económico,
pues el número de créditos de libre
configuración que se cubren con estos cursos
no deja de suponer una importantísima sangría
económica para la UCO.
La LOU indica que el estudio en la
Universidad es un derecho de los estudiantes y que
se deberá desarrollar una política de
inversiones tendente a adecuar la capacidad de los
centros a la demanda social.
Entendemos que, en el futuro, la
formación universitaria y el mercado laboral
serán progresivamente más competitivos,
por lo que no dotar a los estudiantes de los recursos
necesarios para su incorporación profesional
y su formación intelectual constituiría
un fraude social de muy negativas consecuencias, de
nuevo un factor más ligado a la pertinencia.
El desarrollo de las nuevas tecnologías
y el acceso a los conocimientos teóricos, en
tiempo real, debe cambiar la concepción del
proceso de aprendizaje, poniendo énfasis en
la búsqueda e interpretación de la información
y en la adquisición de las habilidades prácticas
que la Sociedad demanda, por ello, estamos obligados
a inculcar una nueva cultura de la docencia basada
en la capacidad de autoaprendizaje, en el que además
se promuevan actuaciones que potencien los valores
sociales y fomenten actitudes de solidaridad, tolerancia
y respeto….
Pero, no nos engañemos, con
los nuevos Estatutos se han dado un mayor peso a las
Comisiones de Docencia y se han incrementado la presencia
de representantes estudiantiles en las mismas. De
hecho, algunas ya han empezado a funcionar.
Sin embargo, su escaso rendimiento
hace que todavía esté por ver el resultado
de una mayor actuación y un mayor compromiso
por parte de todos en el control de la docencia. Aún
se siguen “echando balones hacía arriba”
en muchos problemas de docencia, cuando en realidad
es en la sede de las Comisiones de Docencia donde
se deberían de analizar.
La labor normativa desarrollada por
nuestra universidad durante el pasado curso se ha
centrado en la modificación de los Estatutos
para adaptarlos a
la LAU y en la aprobación de un considerable
número de reglamentos y acuerdos que ha permitido
la progresiva e ininterrumpida adaptación de
las estructuras universitarias y de su funcionamiento
tanto a las Leyes universitarias, estatal y autonómica,
como a los nuevos Estatutos.
En este cometido se ha puesto de
manifiesto, una vez más, la responsabilidad
y sensibilidad que los miembros de nuestra comunidad
universitaria atesoran y que vienen demostrando desde
que hubo que iniciar el proceso de transformación
universitaria producido con la LOU.
El Claustro reformó los Estatutos
para adaptarlos a la LAU, por imperativo de esta Ley
promulgada con posterioridad a la entrada en vigor
de aquellos, aprovechándose esta iniciativa
para realizar puntuales modificaciones de mejora del
texto estatutario.
De estas modificaciones se pueden
destacar las tendentes a fomentar y facilitar la participación
de los estudiantes tanto en los procesos electorales
como en los órganos de gobierno, con la finalidad
de combatir la falta de participación que se
viene observando desde hace algunos años.
La exclusión de los períodos
ordinarios de exámenes para señalar
días de votación y la flexibilidad de
la que se ha dotado la cobertura de las representaciones
estudiantiles en las Juntas de Centro y en los Consejos
de Departamento, apuntan en esa dirección.
Estamos convencidos de la necesidad
de contar con nuestros alumnos y nuestras alumnas
a la hora de adoptar decisiones de gobierno, gestión
y control, y por ello adoptaremos y apoyaremos cuantas
medidas e iniciativas conduzcan a dinamizar una participación
responsable de nuestros estudiantes.
La actividad de desarrollo normativo
en el ámbito del Consejo de Gobierno se ha
traducido en el impulso y elaboración de un
buen número de reglamentos y acuerdos de relevancia,
que han permitido avanzar en el desarrollo y aplicación
de la LOU, de la LAU y de los Estatutos de nuestra
Universidad. De todos los aprobados destacaremos por
su importancia el Reglamento Electoral y los Reglamentos
de funcionamiento de Facultades, Escuelas y Departamentos.
Con el Reglamento Electoral se ha
conseguido alcanzar un objetivo largamente esperado
en nuestra Universidad. Por primera vez, hay una norma
que regula y garantiza el desarrollo normal de los
procesos electorales, que se asienta en los principios
de seguridad jurídica, transparencia y participación
de todos los miembros de nuestra comunidad universitaria,
incluidos colectivos con relación de trabajo
temporal.
Con la aprobación de los Reglamentos
de funcionamiento de Facultades, Escuelas y Departamentos,
se ha culminado una importante y delicada fase de
adaptación de las estructuras más importantes
que componen la Universidad. Hay que destacar la responsabilidad
demostrada por todos los que participaron en su correspondiente
órgano de gobierno en la elaboración
de su Reglamento.
Y también hay que dejar testimonio
de la sensibilidad mostrada por los miembros del Consejo
de Gobierno, que han sabido conducir a buen puerto
la labor de controlar el ajuste a la legalidad de
estos Reglamentos y el respeto a la autonomía
que les corresponde a Facultades, Escuelas y Departamentos.
No podemos dejar de lado, aunque
quisiéramos, que no queremos, el hecho de que
la última parte del curso pasado se viese marcada
por la decisión que en su día tomó
el Consejo de Gobierno, a propuesta nuestra, del traslado
de los estudios que se imparten en ETSIAM al campus
de Rabanales.
El malestar creado en una parte del
profesorado y alumnado tenía sus razones, pero
gobernar es tomar decisiones en beneficio de las mayorías,
tratando al mismo tiempo de reducir al mínimo
los perjuicios a las minorías.
Por ello, hemos puesto en marcha
una serie de acciones que esperamos permitan que el
trabajo de todos los implicados en el traslado se
realice bajo el principio de optimización de
recursos, sin merma de la calidad de nuestras actividades.
La decisión tomada tenía
un fundamento esencial: la adjudicación administrativa
para la rehabilitación del edificio Leonardo
da Vinci que, tras un laborioso proceso de búsqueda
de soluciones para su financiación, permitirá
-y las obras ya en marcha desde hace tres meses lo
atestiguan- terminar con una situación de provisionalidad
en la distribución de los Campus que ha marcado
de manera decisiva la historia más reciente
de nuestra Universidad.
Todas las medidas tomadas y que están
permitiendo un tránsito desde la situación
anterior, no exento de problemas aunque resueltos
hasta ahora, no habrían podido realizarse sin
el trabajo, ayuda y comprensión del equipo
directivo de ETSIAM encabezado por el profesor Miguel
Alcalde.
Los imponderables de la gestión
de la Administración Pública y la herencia
del Imperio Romano, han impedido que las Obras de
adaptación
del antiguo edificio de la Facultad de Veterinaria
a Nuevo Rectorado no hayan podido terminarse en el
tiempo que habíamos previsto. Hoy afortunadamente,
hemos resuelto todos los impedimentos que frenaban
dicho proyecto y esperamos que, a más tardar,
hacia el mes de junio, hayan acabado las obras de
ese edificio que representará un paso importante
para dotar a una parte considerable de los servicios
administrativos y de gestión de la universidad
de unas instalaciones acordes con la importancia de
su función.
En este aspecto, la reciente firma
del convenio con la Junta, el Ayuntamiento y la empresa
PRASA para la puesta en valor de los restos arqueológicos
encontrados en este edificio representa una solución
muy satisfactoria para estos restos y una contribución
importante de la Universidad para el estudio de la
historia de nuestra ciudad.
La cercanía de la terminación
de todas estas obras hace que pueda pensarse en un
futuro cercano en dedicar una atención especial
a aquellos Centros
que, por no encontrarse incluidos en los anteriores
proyectos, han visto limitadas de algún modo
sus legítimas aspiraciones de mejora.
Como todos los años, unos
se incorporan y otros se van. Algunos definitivamente,
como Rafael León Pineda, miembro de nuestra
Unidad Técnica, al que no olvidaremos. Otros,
inician una etapa de sus vidas – que deseamos
feliz y llena de nuevos alicientes- bien por jubilación
forzosa, al cumplir su tiempo de servicio a la institución,
o voluntaria, tras ejercer su derecho a la jubilación
anticipada. Entre los primeros se encuentran profesores
como Carlos Pera Madrazo o Manuel Barberena Costa.
Entre los segundos están los profesores José
María Ortega Ruiz y, a partir de pasado mañana,
Jose Manuel Ocaña Losa, Manuel García
Nieto, Ramón Garrido Lindelfelder, Andrés
Valdelomar de Prado, Fernando Navarro Ortiz, Rafael
García de Mesa, José Antonio Perea Cabrera,
Basilio Fernández Iglesias y Luis Camacho Águila,
Antonio Velasco Rueda, Juan Romero Romero y Carlos
Arce Jiménez.
A ellos se unen los técnicos
auxiliares de Conserjería Antonio Chofles Torres
y Juliana Lozano Amaro. A todos el reconocimiento
y el afecto de la comunidad universitaria por su labor
y dedicación, y déjenme que incluya
aquí a un buen amigo de la Universidad, el
Teniente Coronel Rafael Daza, responsable de la Guardia
Civil en Córdoba y que nos va a abandonar antes
del inicio del curso que viene con motivo de su ascenso
a Coronel, buena suerte Rafa.
Quiero también hacer público
aquí, la satisfacción que como cordobés
de adopción siento por el triunfo de algunos
de mis conciudadanos y lo particularizo en una persona
que nos ha hecho en los últimos días
sentirnos orgullosos de compartir con ella el reconocimiento
que hacia su trabajo se ha hecho desde toda España.
Esa persona es Juana Martín, una creadora racial,
inteligente y lo suficientemente innovadora para que
se haya convertido en la referencia de la nueva mujer
cordobesa. Enhorabuena Juana, tus triunfos son nuestros
triunfos.
No podemos entender una inauguración
de curso sin su tradicional lección. Hoy hemos
escuchado al profesor Miguel Rodríguez Pantoja
y lo hemos hecho con placer.
No sólo por sus profundos
conocimientos de la lengua y la cultura latinas, sino
porque tiene el don de saber encontrar a cada tema
su lado más atractivo y actual y de sacar de
él consecuencias aprovechables en todo tiempo.
Lecciones como la que hoy ha impartido
nos hacen reflexionar sobre hasta qué punto
somos deudores del mundo clásico grecorromano.
Un mundo en el que la eficacia nemotécnica
de los versos hacía más dulce la vía
hacia el saber y en el que buen uso y conocimiento
del idioma era la mejor herramienta con la que construir
una cultura que, muchos siglos después, aún
asombra por su potencialidad y capacidad de expansión,
pese al maltrato y al olvido a los que, en muchas
ocasiones, la sometemos.
Ello no hace sino reafirmarnos en cuanto hemos expuesto
acerca del papel de las Humanidades en la Universidad
del futuro. Enhorabuena y gracias Miguel por tu aportación
y por tu ejemplo.
Agradezco muy sinceramente la presencia
entre nosotros del Secretario General de Universidades
D. José Domínguez Abascal, precisamente
la persona que mejor entiende a la Universidad de
Córdoba dentro de su Consejería y eso
a pesar de que muchas veces somos díscolos
con él, pero en un ambiente en estos momentos
un tanto enrarecido, probablemente por nuestra incapacidad
de tender puentes de concordia, su presencia hoy aquí,
nos da ánimos para mantenernos en el complejo
día a día que acompaña a la vida
de las universidades andaluzas.
Lo digo sin ambages, si alguien da
la cara por la Universidad de Córdoba en el
Sistema Universitaria Andaluz, ese es José
Domínguez Abascal.
Hace ya algunos meses, tuve el honor
de asistir al acto en el que se le impuso a la Profesora
Calvo Poyato, nuestra Ministra de Cultura, la Medalla
de Oro de la Subbética.
En dicho acto la Ministra me indicó
su deseo de asistir este año a la Apertura
de Curso, unos meses más tarde con motivo de
la visita a nuestra ciudad del Ministro de Cultura
de Francia, me reiteró dicho deseo, y hoy lo
cumple. Muchos son los sentimientos que albergo por
su presencia entre nosotros: agradecimiento, orgullo
como universitario y como cordobés de adopción,
soporte al trabajo que realizamos…, pero hay
uno por encima de todos ellos, dulce nostalgia.
En el sentido más cercano
a su etimología y como la creó el médico
suizo Johannes Hofer en 1682 describiendo
la enfermedad que sufrían los soldados que
estaban fuera de su casa, "deseo doloroso de
regresar". Nostalgia de aquellos años
en los que luchábamos por una universidad,
más libre, más democrática, más
participativa y en las que siempre estaba Carmen.
Yo creo que hemos conseguido algo,
y tu, desde luego, señora ministra, has jugado
un importante papel en cimentar las bases de nuestra
joven historia.
Cuando vuelvas, si alguna vez vuelves
a la Universidad de Córdoba, debes saber que
aquí tienes unos cuantos voluntarios dispuestos
a llevar a cabo cualquier proyecto de futuro que permita
ahondar en la búsqueda de la igualdad entre
hombres y mujeres, razas y culturas, o cualquier otro
que nos permita alcanzar esa esperanza utópica
que es la libertad en la igualdad. Muchas gracias
Ministra, muchas gracias Carmen por acompañarnos
en este acto.
Es nuestra voluntad, y así
se deduce de nuestro programa de gobierno, dejar configurado
y en funcionamiento, la totalidad del complejo sistema
organizativo y funcional que compone nuestra Universidad,
de forma que le permita en el futuro afrontar las
innovaciones que se produzcan sin quiebras en su funcionamiento
y sin grandes dificultades de adaptación.
Al servicio de este objetivo pondremos
todos los esfuerzos que sean necesarios. Encaramos,
como siempre, un curso complejo, aunque esta vez aún
más.
La plena adaptación al Espacio
Europeo de Educación Superior, la reforma del
catálogo de titulaciones, cuyo informe debe
estar terminado en los próximos meses por la
Comisión de Expertos nombrada al efecto por
el Ministerio, y de la cual me honro en formar parte
en mi condición de Vicepresidente del Consejo
de Coordinación Universitaria, y la en diciembre
pasado segura, probable ahora, modificación
de la LOU y de ser así, la posterior de las
leyes autonómicas y los Estatutos de todas
las universidades y la finalización del mandato
rectoral, auguran un año cargado de trabajo
y de alguna que otra incertidumbre.
En este sentido y en relación
a nuestro futuro, decía Mark Twain que la única
manera de conservar la salud es comer lo que no quieres,
beber lo que no te gusta, y hacer lo que preferirías
no hacer…, ya veremos si seguimos sus consejos.
Para finalizar tomemos prestadas
las palabras del prolífico escritor mejicano
José de Vasconcelos Calderón, y adaptémoslas
a las circunstancias. “Un mandato se comienza
con inquietud y se termina con melancolía”,
aunque en este caso el autor se refería a un
libro.
Y termino como empecé, con
El Quijote:
Ésta es la historia que prometí
contaros;
si he sido en el contarla prolijo,
no seré en serviros corto:
cerca de aquí tengo mi majada,
y en ella tengo fresca leche y muy sabrosísimo
queso, con otras varias y sazonadas frutas, no menos
a la vista que al gusto agradable.
Disfrutadlas.
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