Filón de Alejandría frente a la gnoseología estoica
Carlos Lévy
Universidad Complutense de Madrid
Madrid, 5 de abril de 2013.
La situación de Filón de Alejandría en la historia de la filosofía es muy compleja. En su estudio, ahora clásico, sobre el platonismo medio, J. Dillon lo incluyó entre los representantes de esa corriente del pensamiento griego. Con todo el respeto que se merece nuestro colega irlandés, es evidente que una tal posición solo puede ofrecer una idea incompleta de la pluralidad de los aspectos presentes en una obra que, para nosotros, es la primera en la cual los cauces de la filosofía y los de la tradición bíblica se unieron para dar una síntesis, o algo parecido a una síntesis, que sigue provocando gran perplejidad entre los estudiosos. Filón no fue un filósofo en el sentido que adquiere esta palabra al hablar de Platón o Aristóteles. Tampoco fue un no-filósofo, entre otras razones porque la palabra “filosofía” tenía, en la cosmopolita Alejandría del siglo primero antes de JC, una pluralidad de sentidos que se reflejan en su obra. Fue un hombre culto, de una formación filosófica muy esmerada, hecho que invita a profundizar en sus tratados para encontrar, expuestos de manera detallada, filosofemas, de los cuales existen solo rasgos en los textos más clásicamente filosóficos. Uno de los aspectos menos estudiados de este aporte filoniano es su gnoseología, nutrida de temas estoicos y platónicos: mientras los estoicos establecían una conexión fuerte entre el asenso (sunkatathesis) y la percepción (katalêpsis), Filón rechazó esa idea. Hubiese podido buscar un refugio en el escepticismo de la Nueva Academia o del neo-pirronismo, e instalarse en la filosofía de la epochè, rechazando sistemáticamente toda posibilidad de asentir. Su estrategia fue diferente. En su obra, el concepto de aisthèsis se encuentra con frecuencia, mientras el de sunkatathèsis es extremadamente raro. Para Filón, la sunkathèsis es solo un aspecto de los muchos intentos del ser humano de darse la ilusión de existir, es decir, sirve para escapar a la consciencia lúcida de su oudeneia. Trataremos de mostrar cómo, al desconectar la sunkatathèsis y la katalèpsis, sin por tanto coincidir una posición claramente escéptica, Filón construye una “hermenéutica del sujeto” muy diferente de la tradición socrático-estoica estudiada por Pierre Hadot y Michel Foucault.