¿Se puede combatir el sexismo en el lenguaje de los dibujos animados?
Texto de Auxi Muñoz de Toro
¿Eres de los que, con 20 y tantos años, sigues viendo dibujos animados de tu infancia? Yo lo admito sin ningún tipo de pudor. Un buen capítulo de Phineas y Ferb o de Doraemon para terminar una jornada laboral es lo que más te ayuda a conciliar el sueño recordando tiempos mejores.
Si tu respuesta a esta pregunta también es afirmativa, ya te habrás dado cuenta de muchos detalles que pasabas por alto hace muchos años. Por aquel entonces, simplemente disfrutabas de la narrativa, de la parte cómica de cada personaje o de la intención de alargar la merienda todo lo posible con tal de no ponerte a hacer las tareas. Ahora, sin embargo, quizá hayas percibido que Johnny Bravo no es tan hilarante como parecía o que detrás de las películas de las princesas Disney hay algo más que una inocente historia de amor.
Si analizamos estos dibujos animados aún más en profundidad, encontraremos escenas en las que los personajes pronuncian ciertas oraciones que, sin duda, nos pueden resultar algo extrañas y nos pueden llevar a retroceder 30 segundos (ya no se rebobina, ¿verdad?) para volver a escucharlas con mayor detenimiento.
¿No te suena? Déjame ilustrarte con una pequeña joya encontrada en Toy Story 3 (Lee Unkrich, 2010). En el minuto 45 del largometraje, tras descubrir que Lotso, ese agradable y hospitalario oso de peluche de color rosa, no les va a dejar salir de la guardería para encontrarse con su amigo, el señor y la señora Patata se enfrentan a él. A las quejas de la señora Patata, Lotso responde en inglés con un “Well, here’s the thing, sweet potato. You ain’t leavin’ Sunnyside”, traducido al español como “Pues lo siento mucho, patatilla. Ya no podéis salir de aquí”. Indignada, ella le reprocha su actitud y, como réplica, él le arranca la pieza que corresponde a su boca para que se calle.
Como se puede comprobar, en ambos idiomas se degrada de gran manera a la figura de la señora Patata, sin que ninguno de los otros personajes pueda hacer nada por evitarlo. No obstante, encontramos una pequeña diferencia entre la versión original y la traducida cuando, finalmente, el señor Patata recupera la boca de las manos del oso para devolvérsela a la señora Patata. En inglés, este se indigna diciendo “Hey, no one takes my wife’s mouth, except me”, algo así como “Nadie le quita la boca a mi mujer, excepto yo mismo” aunque en español quedó como “Nadie le quita la boca a mi mujer. Ni siquiera yo”.
Esto es lo que podemos denominar “La Magia de la Traducción”, gracias a la cual una intervención sexista en la versión original queda mitigada en la medida de lo posible a la hora de ser traducida, de forma que el espectador de la lengua meta no tenga por qué retroceder 30 segundos durante la película para volver a escucharlo y pensar “¿En serio?”.
Dicho esto y vista la utilidad de esta estrategia de traducción, ¿no podríamos hacer lo mismo con muchas otras películas y series de televisión en las que se prioriza el resultado de una traducción cercana a lo literal antes que la adecuación al contexto de la lengua meta? Los niños españoles pasan unas tres horas y media al día frente al televisor, el ordenador u otros dispositivos en los que se reproducen dibujos animados, y las niñas, cuatro, según el estudio ANIBES de la Fundación Española de Nutrición (2020).
Pongamos un ejemplo con la famosa serie Peppa Pig. En la temporada 3, episodio 10 (“La Colada”), Papá Pig y los niños tienden al sol una camiseta de equipación de fútbol antes de que este se vaya a trabajar. Tras jugar con su madre en el barro cerca de dicha camiseta, esta se mancha y la vuelven a lavar, aunque Peppa mete su vestido rojo en la lavadora sin que su madre se de cuenta de ello. Debido a esto, la camiseta sale desteñida y de color rosa. En el minuto 02:25 del capítulo, Mamá Pig dice que “el rosa no es un buen color para una camiseta de fútbol” (en el original: “Pink isn’t a very good colour for a football shirt”). Acto seguido, Papá Pig llega de trabajar y, en el minuto 02:50, cuando Mamá Pig le enseña la camiseta rosa, él automáticamente presupone que es imposible, ya que “es un vestido de mamá porque es rosa” (en el original: “Don’t be silly Peppa. That’s one of mummy’s dresses. It’s pink!”). Cuando finalmente dice que “no puede jugar con una camiseta rosa” (en el original: “But I can’t wear a pink football shirt”), Peppa le pregunta por qué, a lo que su hermano, George, responde con una arcada.
Otro ejemplo lo encontramos en la más que conocida serie televisiva Shin-Chan, con la que muchos de los que nacimos en los 90 hemos pasado horas enteras de desayunos y meriendas. En los últimos años, se han publicado diversos trabajos, ensayos y artículos sobre la influencia de esta serie en los más pequeños debido a su contenido altamente sexista.
De hecho, en el ensayo de Sánchez Escámez y Baena Sánchez (2016), se asegura que a “el 72,32% de los encuestados [niños y niñas consumidores de la serie en cuestión] reconoce con normalidad las actitudes sexistas a las que induce esta serie de dibujos animados tales como que a un niño de cinco años le gustan chicas mayores, acosar a niñas y trasmisión de estereotipos sexistas”. Este porcentaje representa a casi tres cuartos de los pequeños y pequeñas que se ponen frente al televisor para ver esta serie, en apariencia inofensiva y llena de color, yo misma entre ellos.
En este caso, el reto es incluso mayor por la gran cantidad de diálogos de carácter sexista que encontramos en cada capítulo y por las imágenes tan explícitas que se muestran sin parar. ¿Cómo podríamos, como traductores y traductoras, conseguir suavizar y atenuar el mensaje sexista de la serie para que cuando llegase al público meta, este no se viese bombardeado por tantos estereotipos, tan dañinos para la formación intelectual y social de muchos niños y niñas?
Escenas como estas, traducidas de forma literal desde el original, refuerzan ciertos estereotipos de género que están más que integrados en la sociedad, tales como que los chicos no pueden vestir ropa rosa o que les tiene que dar asco, incluso. ¿Por qué no usar un lenguaje algo más inclusivo para una imagen tan estereotipada a la hora de traducir? ¿Sería ético desde el punto de vista del traductor cambiar ligeramente el diálogo para no incentivar dichos estereotipos? ¿Se te ocurre alguna solución más amable para mostrar a los niños y niñas que vean el capítulo en español?
Planteadas estas cuestiones, me dispongo a ver un capítulo de alguna que otra serie de mi infancia para acabar el día, aunque dudo que pueda deshacerme de las gafas de la traducción, aquellas que te hacen ver más allá de las meras palabras y que te muestran todo lo que es y lo que podría llegar a ser.
Por último, hoy, Día Internacional de la Mujer, quiero expresar mi agradecimiento a todos aquellos y todas aquellas profesionales de la traducción audiovisual que, poniendo su pequeño granito de arena, consiguen hacer de este un mundo mejor, más inclusivo y amable para nuestros pequeños y, quizá, no tan pequeños.
REFERENCIAS
Aparicio-Ugarriza R., Mielgo-Ayuso J., Ruiz E., Ávila J.M., Aranceta-Bartrina J., Gil A., Ortega R.M., Serra-Majem L.l., Varela-Moreiras G. y Gonzalez-Gross M., 2020. Active Commuting, Physical Activity, and Sedentary Behaviors in Children and Adolescents from Spain: Findings from the ANIBES Study. International Journal of Environmental Research and Public Health, 17, 668. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31968634/.
Daily Motion, 2015. Peppa Pig – Washing | S3E10. Disponible en: https://www.dailymotion.com/video/x29ihmg.
Daily Motion, 2015. Temporada 3×10 Peppa Pig La Colada Español. Disponible en: https://www.dailymotion.com/video/x2vyqry.
Sánchez, A. y Baena, M.J., 2016. Influencia de la serie animada Shin-Chan sobre niños escolarizados en el ámbito rural. ENSAYOS, Revista de la Facultad de Educación de Albacete, 31(1). Disponible en: http://www.revista.uclm.es/index.php/ensayos.
Ukrich, L., 2010. Toy Story 3. Walt Disney Pictures, Pixar Animation Studios.
Sobre la autora de este post:
Auxi Muñoz de Toro es graduada en Traducción e Interpretación (EN/DE-ES) y Estudios Ingleses por la UCO y profesora de inglés cualificada con el CELTA (Cambridge for Adults), con varios años de experiencia en preparación de exámenes oficiales. Actualmente, trabaja como profesora en una academia de enseñanza de idiomas, compaginándolo con sus otras pasiones: la corrección editorial, el doblaje y la lingüística forense.
Contacto: auximdetoro@gmail.com LinkedIn: María Auxiliadora Muñoz de Toro
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