Tenemos el placer de inaugurar nueva “categoría” en el blog de TradAV, dedicada a entrevistas a profesionales de la traducción audiovisual. Y lo hacemos nada más y nada menos que con Marta Aulet, ganadora del premio a Mejor subtitulación de obra estrenada en TV, DVD o plataforma en línea en los VIII Premios ATRAE por su magnífica traducción de la segunda temporada de You. Pero, ¿quién es Marta Aulet, además de la galardonada en este evento que pretende dar un merecidísimo reconocimiento al gremio?
Tal como cuenta en la web de ATRAE, Marta Aulet es un batiburrillo canario, cántabro y valenciano que se dedica a traducir contenido audiovisual por cuenta propia a tiempo completo. Es graduada en Traducción e Interpretación por la USAL con estancias en Reikiavík, Tokio y Bruselas. Entre 2013 y 2015, cursó el METAV de la UAB compaginándolo con trabajos varios por Reino Unido y Francia, y en 2014 consiguió sus primeros encargos de audiovisual: pautar un culebrón y revisar transcripciones. Trabaja desde el inglés, el danés y el francés, se defiende en japonés y está especializada en fantasía, humor y drama: ha traducido obras como Easy (T3), El magnífico Iván, Pinky Malinky (T2), Dos balas muy perdidas (T1), Love is Blind y Pequeños fuegos por todas partes. Es coordinadora de Formación en ATRAE, colaboradora en la comisión de la CITA y vocal en la Junta desde 2018, y forma parte del jurado de subtitulación en los IX Premios ATRAE.
Actualmente vive en un pueblecito de Dinamarca, pero no se pierde un sarao traductoril (tampoco dudó en aceptar nuestra propuesta en cuanto contactamos con ella). En su tiempo libre, juega a RPG, 4X y aventuras gráficas, lee junto a la chimenea y cuida de su jardín. Queremos darle las gracias por su cercanía, por habernos transmitido tanta simpatía y profesionalidad desde el primer momento en que contactamos con ella. Esperamos que aprendáis mucho con esta entrevista, en la que nos cuenta de manera distendida algunos detalles sobre su brillante trayectoria.
1. ¿Has realizado algún curso o máster sobre traducción audiovisual?
Estudié Traducción e Interpretación en la USAL, aunque tocamos poco la TAV. Si no recuerdo mal, que ya ha llovido, hice Traducción Audiovisual y Localización como optativas, creo que en cuarto.
A la vuelta de una beca en Japón, busqué trabajo de cualquier cosa y en cualquier sitio, y lo compaginé con el máster a distancia de la UAB a tiempo parcial.
2. ¿Cuál fue tu primer proyecto?
Pues si mal no recuerdo, mi primer proyecto así largo fue retocar los tiempos de los subtítulos de varios culebrones, porque los habían importado de no sé dónde y estaban hechos un cristo. Yo estaba encantada, con tal de trabajar de lo mío, pero en retrospectiva era un “marronaco”.
3 y 4. ¿Cuándo entraste a formar parte de ATRAE? ¿Piensas que ser socia te ha facilitado proyectos o los podrías haber conseguido igualmente?
En 2014. Recuerdo que soy la socia número 150 y que me apunté un poco por inercia, pero ha resultado ser una de las mejores decisiones profesionales que he tomado.
No es que haya resultado necesariamente en “oferta de trabajo”, pum, “proyecto”. Es mucho más sutil e indirecto. He conocido a un montón de gente, he estado al día en cuestiones que me afectan, he sabido por dónde tirar (y, casi tan importante, por dónde no tirar, que en todos los gremios hay caraduras) gracias a la información que compartimos. El escarmentado bien conoce el vado.
Las asociaciones no son la panacea, pero no me cabe la menor duda de que asociarme me ha beneficiado una barbaridad. No sería la misma si hubiera seguido tan aislada profesionalmente como cuando empecé. Encima he hecho amigos, que siempre gusta.
5. Has recibido el premio ATRAE a mejor subtitulación de obra estrenada en TV, DVD o plataforma en línea, ¿Cómo te sentiste?
¡Encantada! Es innegable que da visibilidad a nuestro trabajo y, obviamente, me ha hecho mucha ilusión que mis colegas de profesión se hayan acordado de mí y les haya gustado mi traducción.
6. ¿Cuál fue la mayor dificultad que encontraste al traducir You?
Hace como año y medio que la segunda temporada de You pasó por mis manos y no recuerdo ejemplos concretos, pero destacaría la ambientación angelina y el registro del protagonista: su diálogo interior apela a la empatía, pero no dejar de ser un psicópata.
7. ¿Qué proyectos te gustaría hacer en el futuro?
Me flipan los proyectos de humor gamberro, con mucha oralidad y lenguaje coloquial, y un dramón al año no hace daño. Por otro lado, los proyectos ambientados en el pasado y con un lenguaje más solemne e hinchado se me hacen cuesta arriba.
8. ¿Hay algún proyecto que te arrepientas de no haber hecho?
A veces toca rechazar cosas que me gustaría traducir por falta de tiempo, pero no me arrepiento si supone quitarle atención a otro proyecto.
Si es porque ofrecen plazos imposibles o tarifas insostenibles, no es que me arrepienta, es que me da pena que no valoren nuestro trabajo.
9. ¿Qué proyecto ha sido el más satisfactorio para ti?
Me quedé muy contenta con los subtítulos de Teenage Bounty Hunters (Dos balas muy perdidas) y tuve uno de esos revisores con los que da gusto trabajar. Me sentí muy a gusto con el tono de la serie y tuve un plazo amplio que me permitió ponerle mimo. Es una pena que la hayan cancelado.
10. ¿Y el que menos?
Los que menos son los documentales que tratan temas muy duros y demasiado reales. No mencionaré ninguno por no ponernos aquí de bajona. Recuerdo que ya en la carrera nos tocó interpretar textos peliagudos. Si tienes el día flojo, se pasa mal; eso no ha cambiado.
11. ¿Cómo empezaste en traducción audiovisual?
Echando el currículum a cascoporro, básicamente. Pagaba las facturas con otros trabajos y cuando empecé en TAV, poquito a poco, volví a casa de mis padres durante unos meses difíciles para ahorrar. Básicamente, conseguí experiencia a base de resolver problemas, y de ahí fueron surgiendo oportunidades mejores y me siguieron llamando.
12. ¿Qué consejos darías a los estudiantes y traductores noveles que quieran mejorar su traducción de subtítulos?
Lo mejor y lo más útil que puedo hacer es recomendar esta carta de hace unos meses que Paula Mariani se escribió a sí misma, que es oro puro y que ojalá hubiera leído hace años.