Los Doctores de a pie
Soledad Tercera
(...) Las peñas azotaba presuroso,
y, todo vergonzoso,
fugitivo le impele el sentimiento,
inundando con lágrimas el prado,
y a los que sus regazos han ceñido
con golpes de cristal muestra la ira
de ver en la hermosura su tormento;
y las parleras aves
vaya le dan con dulce melodía,
y en arrullos suaves
y en canoros gorjeos su armonía
triunfos de amor intima, y su alborozo
al fugitivo Acis fue sollozo.
La venatoria tropa, mientras viste
el sol las flores, recreada al canto,
descanso logra en el murmúreo afable.
Anciano grave, en el aspecto blando,
el dosel ya dejando
al joven busca, que en la verde
cama le halló todo suspenso, todo espanto.
¡Admiración es todo! (...)
José de León y Mansilla