Esta recuperación de la tradición culinaria es un ejemplo de la interacción de los equipos de investigación de la Universidad con el sector empresarial y de la creación de sinergias que favorezcan el desarrollo socio económico cordobés. Además, el espacio elegido para el desarrollo de este proyecto, regentado por el empresario Máximo Doval, se sitúa a sólo media hora de Mellaria y veinte minutos de Córdoba, es por tanto un centro neurálgico donde poder comprender la articulación y comunicaciones de este territorio desde la Antigüedad hasta las rutas balnearias frecuentadas por la nobleza y realeza a finales de s. XIX.
En este proyecto cobrarán protagonismo dos recursos característicos de la zona. La bellota y la miel. Monterroso explica que “con la bellota, los antiguos paliaban las carestías de cereal aprovechando su harina para pan y su caramelización generaba postres muy valorados. La bellota para los antiguos no dejaba de ser uno de los frutos más simbólicos. Tanto es así, que a veces fue un elemento de culto y en el mundo romano, llegó incluso a configurar la corona cívica, es decir, la que el mismo senado otorgó al emperador Augusto como símbolo de sus victorias y de las vidas de ciudadanos que se habían salvado gracias a él”.
Esta misma semana se ha acordado el inicio de este proyecto en un encuentro en la UCO que ha contado con la presencia del Vicerrector de Investigación y Desarrollo Territorial, Enrique Quesada, el profesor Antonio Monterroso y el propietario de Aguas de Villaharta, Máximo Doval.
El proyecto Ager Mellariensis /Alto Guadiato Arqueológico está financiado con fondos Feder por el Programa de I+D+I orientada a retos para la Sociedad 2016 del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y con aportaciones del GRUPO HUM 882 y el Plan Propio de la Universidad de Córdoba.
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