En un vídeo, la comisión sectorial de Asuntos Estudiantiles de Crue y la Red de Servicios de Apoyo a las Personas con Discapacidad en la Universidad (SAPDU) recuerdan que en las instituciones universitarias españolas estudian cada año más de 23.000 personas «cuya paleta de colores es diferente» y que los servicios de apoyo se vuelcan para proporcionarles «las herramientas con las que colorear ese lienzo» que es su vida. Desde las universidades, se quiere así «mostrar el talento dentro de la diversidad y formar profesionales del futuro que dibujen una sociedad más justa, igualitaria y accesible».
El tener estudios universitarios permite a las personas con discapacidad mejorar sustancialmente su empleabilidad. Este es un dato que no suele destacarse y, sin embargo, es sumamente importante porque la autonomía y la dignidad de las personas pasa por la independencia económica y la competitividad dentro del mercado laboral. Lejos de considerarse como un cupo dentro de las empresas, las personas con discapacidad que se han formado en las universidades españolas han adquirido los conocimientos y desarrollado las competencias y habilidades necesarias para desarrollar un futuro profesional sin más límite que su talento.
Las universidades, a través de sus servicios de apoyo, acompañan ese progreso personal aportando recursos y oportunidades para que la accesibilidad universal sea una realidad en nuestras aulas y no sólo un objetivo de futuro.