El espermiograma representa el conjunto de pruebas de laboratorio encaminadas a evaluar la capacidad fertilizante potencial de una muestra de esperma y, por tanto, valorar la calidad de un eyaculado y la funcionalidad del semental como reproductor. El método más preciso para valorar la calidad del esperma es estimar el porcentaje de gestaciones y producción de descendencia viable tras una monta natural o inseminación artificial. Sin embargo, esta valoración de la fertilidad in vivo requiere desarrollar ensayos de campo que suponen un importante consumo de tiempo y mano de obra, por esto, habitualmente se recurre al espermiograma para evaluar in vitro una serie de parámetros espermáticos relacionados con la fertilidad.

En cambio, el principal inconveniente que encuentran los laboratorios en la evaluación de una muestra seminal es determinar qué parámetros seminales nos proporcionaran una mayor información de la muestra, en base a su correlación con la fertilidad. Asimismo, existe la necesidad de usar varias técnicas en la valoración de la calidad seminal, debido a la inexistencia de una única prueba que determine con exactitud la capacidad fecundante del espermatozoide, función biológica extremadamente compleja e influenciada además por multitud de factores externos. Además, la detección de diferentes grados de sub-fertilidad en caballos es compleja porque algunos de estos individuos sub-fértiles muestran parámetros seminales dentro de los límites normales para la especie.