Madame Lavoisier, en realidad Marie-Anne Pierrette Paulze, ha sido prácticamente una desconocida hasta la reciente aparición de líneas de investigación que tratan de rescatar figuras femeninas en la historia de la ciencia. Hasta ahora no era más que ser la esposa del llamado “padre de la ciencia”, Antoine Lavoisier. Sin embargo, investigaciones sobre su biografía la retratan como una mujer con amplios conocimientos científicos, inteligente, independiente y de espíritu libre, una auténtica mujer ilustrada.
El acto, que ha contado con una amplia afluencia de estudiantes, está enmarcado dentro del ciclo de conferencias organizado por la Facultad de Ciencias con motivo de la conmemoración del aniversario de la Tabla Periódica. Ha sido presentado por la decana de la Facultad de Ciencias, María de la Paz Aguilar, y ha contado con la presencia también del decano de la Facultad de Filosofía y Letras, Ricardo Córdoba, y el vicedecano de Movilidad, Internacionalización y Comunicación Científica de la Facultad de Ciencias, Rut Morales Crespo.
El objetivo, según la decana, ha sido “abordar las figuras importantes de la historia ciencia desde un prisma diferente al que los estudiantes están habituados”. Así, María Dolores Muñoz Dueñas no ha comenzado hablando de invenciones ni descubrimientos sino del contexto sociohistórico en el que Antoine Lavoisier y Marie-Anne Pierrette Paulze desarrollaron su actividad científica, de las distintas teorías que ensalzan a Lavoisier como padre de la química y de las que critican sus trabajos por pertenecer originalmente a otros investigadores.
Como ya advierte la historiadora, hablar de Marie-Anne Pierrette Paulze sin hablar primero de su marido es complicado ya que ella trabajó junto a él como colaboradora en el laboratorio y participaba de las conversaciones que su marido tenía con otros ilustres científicos de la época. También fue testigo de la rivalidad que tenía con Jean-Paul Marat. En 1891, este escribió un artículo atacando su faceta científica y señalando su influencia en la sociedad francesa como empresario y economista. Muchos investigadores creen que este artículo fue el que llevó a la pareja a la guillotina. Lavoisier fue guillotinado en 1894 pero Madame Lavoisier pudo escaparse gracias a las relaciones de su padre.
Aunque aún queda mucho por investigar sobre el papel de esta mujer en el mundo de la química, se destacan los notables conocimientos químicos desarrollados a raíz de la colaboración con su marido. Además, sabía latín e inglés lo que le valió para realizar traducciones de diversas obras científicas. Quizás la más importante sea la del Ensayo sobre Flogisto de Richard Kirwan en el que, además de la traducción, incluyó un prefacio en el que se hablaba de los descubrimientos químicos de la época y varias notas señalando errores que había cometido el autor coetáneo.
Sus biógrafas dibujan a Madame Lavoisier como una persona entusiasta y apasionada de la ciencia, con buenas habilidades para la argumentación y fiel defensora de sus propias opiniones. María Dolores Muñoz Dueñas consigue resumirla en una idea, Madame Lavoisier era “un modelo acabado de una mujer de la Ilustración”.
Al finalizar la conferencia, la decana María de la Paz Aguilar ha hecho entrega de una placa a la ponente como recuerdo por participar en el ciclo de conferencias organizado por el aniversario de la Tabla Periódica.