Cualquier partición del Ministerio actual será una mala noticia para nuestro país porque implicará alejar el conocimiento de la centralidad política que se está imponiendo en Europa (Consejo de la Unión y Comisión). Es imprescindible que la gestión del llamado “triángulo del conocimiento” (investigación-innovación-educación), quede reforzado en el nuevo Gobierno en un único Ministerio. En este sentido, la estructura del Comisariado europeo, con una Comisaria competente en todos esos ámbitos, marca la tendencia a seguir a los países miembros de la Unión que, en su inmensa mayoría, mantienen tal unidad en un único Ministerio. Este Ministerio, de la mano de su titular, debe tener el mayor peso político posible, y reunir todas las competencias y recursos necesarios para gestionar el sistema de ciencia en su globalidad, incluida la investigación que se realiza en las universidades. Lo cual es condición necesaria para que sus propuestas tengan la atención y viabilidad que la ciencia requiere, teniendo en cuenta que las políticas científicas son competencia de todo
La competitividad de la ciencia de nuestro país solo podrá recuperar su línea ascendente (tan maltrecha actualmente) si puede articular e impulsar la inmensa mayoría del conocimiento que este país ha demostrado ser capaz de generar. Que deberá incluir, por supuesto, la Universidad, ya que educación superior, investigación e innovación son indivisibles.
Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE)
Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME)
Crue Universidades Españolas
Alianza de Centros Severo Ochoa y Unidades María de Maeztu (SOMMa)