El evento ha contado con la asistencia, entre numerosas autoridades, del vicerrector de Estudios de Grado, Calidad e Innovación Docente de la UCO, Jesús Dorado Martín, quien ha señalado que testificar que la historia centenaria de Veterinaria nos hace mejores a todos los que formamos parte de la Universidad de Córdoba, puesto que la grandeza de un centro es la grandeza de todos”. Por su parte, el decano de la Facultad de Veterinaria, Manuel Hidalgo Prieto, ha destacado cómo la Escuela Superior de Veterinaria de Córdoba fue pionera al organizar prácticas zootécnicas en instalaciones externas hace 100 años, “algo que hoy es imprescindible para nuestros alumnos en sus prácticas externas en empresas e instituciones”. En acto han estado también presentes el delegado de la Fundación Cajasol en Córdoba, Juan Manuel Carrasco Guerrero; y el director general de Planificación de la Investigación de la Junta de Andalucía, Librado Carrasco Otero.
“Viajes escolares” de hace un siglo
En los años 30, al amparo del nuevo Plan de Estudios de la República, el denominado “Plan Gordón”, la Escuela Superior de Veterinaria de Córdoba se encontraba inmersa en el afán por modernizar sus actividades pedagógicas “para formar a sus alumnos no sólo como excelentes veterinarios, sino también como destacados y cultos universitarios”, tal y como ha explicado hoy Antonio Oropesa de Cáceres, presidente de la Real Academia Sevillana de Ciencias Veterinarias. Una de las actividades más significativas dentro de esos programas pedagógicos era la organización de “viajes escolares” (la hoy Facultad era entonces Escuela) con los que se pretendía que los alumnos del último curso recibiesen una visión real de las prácticas zootécnicas, conociendo instalaciones sanitarias y ganaderas fuera de las que se ofrecían en la propia escuela.
En este contexto se realizó en 1934 un viaje al entonces protectorado español y francés en Marruecos, que quedó exhaustivamente registrado en un diario por el alumno Rafael Calero Villarreal. Su hijo, Rafael Calero Carretero, conservó el documento cuya edición facsímil se ha presentado hoy, Diario de viaje a Marruecos (1934), editada por la Real Academia Sevillana de Ciencias Veterinarias y la Facultad de Veterinaria de la UCO. Oropesa ha explicado que “la importancia del documento es indudable como historia de la profesión, y también por el valor sociológico de la reseña de las ciudades visitadas y de sus pobladores que contiene el relato del viaje”. Como complemento al cuaderno, se ha añadido una colección de fotos que, también a modo de “cuadernillo” organizó y conservó Félix Infante en la misma época.
María del Carmen García Moreno explicando su obra a las autoridades académicas presentes.
Un tesoro filmográfico
En el año 2010 se comunicaba por primera vez que, entre los fondos históricos de la Facultad de Veterinaria, existían unas películas que constituían “un verdadero tesoro por su valor histórico y documental”. Correspondían a grabaciones filmográficas realizadas por el profesor de la Escuela, José Martín Ribes, de los viajes que se organizaban para los alumnos del último curso de la carrera en los años 1932 a 1934. Los documentos muestran claramente los esfuerzos del centro por ofrecer a sus estudiantes una enseñanza avanzada con prácticas externas y salidas al extranjero.
Con la colaboración de la Filmoteca de Andalucía -representada esta tarde por Ramón Benítez y Francisco de Paula Pérez- y el ceiA3 se pudieron recuperar, restaurar y digitalizar los soportes originales de las películas como medio de preservación y divulgación de las mismas. Un total de 11 vídeos conforman este archivo histórico filmográfico que ha sido puesto a disposición del público en toda su extensión a través del canal de de YouTube de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Córdoba. Entre otros, se muestran escenarios tan interesantes como la Estación Pecuaria Regional (actualmente, el IFAPA de la Alameda del Obispo), la Yeguada Nacional de Moratalla, el Matadero de Peñarroya, las Industrias Cárnicas de Sánchez Romero Carvajal, el pantano del Guadalmellato, o la Almadraba de Nueva Umbría. Asimismo, hay todo un documento audiovisual del viaje a Marruecos de 1934, donde se pueden ver la Granja de la Legión en Riffien, la Gendarmería de Tánger, el Matadero y la Escuela de artes indígenas de Tetuán, la Granja Lechera del Lucus en Larache, la Yeguada de Smid-ed-Ma, el Instituto de Higiene y el Instituto Científico Cherifiano en Rabat, el Service de L’Elvage de Casablanca, la Remonta en Marraquech, la granja Experimental de FEZ. En ellos, se ve a los estudiantes y profesores de la Escuela en sus actividades durante de aquellos viajes. Como curiosidad, también nos muestran a las primeras mujeres veterinarias en el trascurso de unas prácticas, colocando el hierro a unas vacas.
Ganadería extensiva y razas autóctonas para cuidar la Tierra
La última pata del evento ha sido la exposición “Cuidando la piel de la Tierra”, de la veterinaria y fotógrafa María del Carmen García Moreno. En esta muestra, concebida como una ventana a la ganadería extensiva y a la agroecología, la artista muestra con “la discreta labor de quienes se dejan la piel para cuidar la piel de todos: pastos, pastizales y cubierta vegetal conforman la vida del suelo, y la verdadera piel de la tierra”; en otras palabras, la relación animal-suelo-planta que hace que el suelo esté sano y sea fértil. Las fotografías están recogidas en un catálogo editado por la Real Academia de Ciencias Veterinarias de Andalucía Oriental.
La muestra compuesta por 46 fotografías de naturaleza, paisaje y vida pone en valor la labor sostenible de los pastores tan necesaria para un mundo saludable. “Nuestra salud depende la del suelo y de la labor de los pastores que con sus ganados gestionan territorios de alto valor ambiental ayudados de sus animales de razas autóctonas, muchas de ellas en peligro de extinción al igual que los propios pastores”, comenta la autora.
En un claro tono reivindicativo, María del Carmen García aborda el agua, los pastores y las pastoras, el careo, los animales, el trabajo y el camino, que son los seis apartados de la exposición que “nos hablan del símil, más que metafórico, sobre el agua y las venas, sobre las personas que son el alma del campo, sobre el bienestar de los animales, que es a su vez el de quienes los protegen y conservan en pro de un mundo mejor, y sobre la trashumancia como la búsqueda de la eterna primavera”.
Con esta exposición, que se incluye dentro de las actividades conmemorativas del 175 aniversario del inicio de los estudios de Veterinaria en Córdoba, se desea también mostrar el compromiso de la profesión veterinaria con la ganadería extensiva, con el desarrollo sostenible y con el concepto “Una sola salud” (One Health).