Jueves, 22 Diciembre 2022 10:11

Un ‘Laboratorio de Ideas sobre Filosofía y Sostenibilidad’ nos anima a asumir nuestra responsabilidad en el mantenimiento de la vida

Escrito por G.C.
Participantes en la reunión- Participantes en la reunión-

¿Qué puede aportar la filosofía a la sostenibilidad? ¿Qué puede aportar la sostenibilidad a la filosofía? ¿Cuáles son los principales problemas que tiene la filosofía actualmente para contribuir a un mundo más sostenible? Una actividad del Aula de Sostenibilidad de la UCO reflexiona sobre los retos de la filosofía ante la crisis de sostenibilidad. El Laboratorio de Ideas para la Sostenibilidad (LIS) es una actividad organizada por el Aula de Sostenibilidad de la UCO que pretende crear pequeños foros de debate y reflexión abiertos para repensar la realidad y el futuro que queremos en el marco de un desarrollo sostenible. En otras ediciones se ha hablado del desarrollo de software, del mundo del vino o de patrimonio y cultura. Para esta edición se optó por centrar la reflexión en el ámbito de la filosofía.

Para ello se ha contado con la participación de Marta Tafalla, doctora en Filosofía y profesora en la Universitat Autònoma de Barcelona; Manuel Bermúdez Vázquez, doctor en filosofía y profesor titular de filosofía de la Universidad de Córdoba, Frederic Sala Mauri, graduado en filosofía en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), máster de filosofía aplicada en la UAB y doctorando en la Universitat de Barcelona; y Cristian Moyano, filósofo y doctor en ciencia y tecnología ambientales por la Universitat Autònoma de Barcelona y el ICTA, investigador post-doctoral en la misma universidad y en el Instituto de Filosofía del CSIC. Coordinando la actividad: Miguel Antúnez, técnico del Aula de Sostenibilidad, y Clara Guijarro, del Área de Protección Ambiental del Servicio de Prevención y Protección de la UCO.

Algunas de las ideas que se aportaron durante la actividad fueron las siguientes:


• La historia de la filosofía muestra una relación continuada con las preocupaciones ligadas a valores de la sostenibilidad, como la justicia, la solidaridad, la cooperación o la responsabilidad hacia nuestro entorno y hacia nuestros semejantes. En ese sentido, se pueden nombrar, por ejemplo, a los epicúreos, a Marco Aurelio, a Schopenhauer, a Peter Singer, a diversos autores de la teoría crítica o al ecofeminismo, entre muchos otros.


• La actual crisis de insostenibilidad aporta indudablemente a las perspectivas y corrientes filosóficas. Sin embargo, aunque en aumento, sigue siendo algo marginal el enfoque filosófico que incluye centralmente el problema de la sostenibilidad. Continúa habiendo una estrecha relación entre ideología y filosofía y muchos filósofos reproducen visiones ligadas al actual modelo en crisis, el mismo que nos está llevando a estos enormes problemas de insostenibilidad. Es un enorme reto, por tanto, desmontar la cosmovisión mayoritaria, antropocéntrica, y realizar aportaciones desde la filosofía que aúnen el pensamiento teórico sobre modelos y el planteamiento de situaciones prácticas para una vida mejor y más sostenible para todos.


• Por un lado, una parte de la sociedad (con grandes acuerdos sociales e institucionales) reclama cambiar el imaginario individual y colectivo para transformar nuestra manera de ser y estar en el mundo, pero, por otro, parece que se desincentivan las herramientas que nos ayudarían a transformar esa cosmovisión. Para afrontar esa paradoja hay que ser consciente de que hay grandes intereses para anular estas herramientas y alejar el foco de la cuestión de la crisis de sostenibilidad. Además, las actuales formas de relacionarnos se presentan como naturales e inevitables, sin alternativa.


• Una filosofía aplicada a la sostenibilidad debe ser consciente del tiempo de urgencia que vivimos, para elaborar una filosofía práctica. La Filosofía lleva tiempo haciendo propuestas concretas de lo que habría que hacer y de cómo debemos cambiar. La Filosofía viene a incomodar ante un imaginario actual que no es realista, presentando preguntas y respuestas que no gustan y animando a tomar partido sobre los asuntos que nos atañen a todos. La Filosofía actual tiene el reto de proponer alternativas de vida buena y feliz con menor impacto ambiental dando importancia a las relaciones personales.


• La Agenda 2030 puede ser una oportunidad para introducir otros enfoques de pensamiento, pero hay que apuntar que se siguen reproduciendo perspectivas de capitalismo verde y de atomización de la vida y del conocimiento que pueden estar agravando la confusión entre síntomas y causas de nuestros problemas. Corrientes filosóficas como el Principio de responsabilidad de Hans Jonas o el Enfoque de las capacidades pueden ayudar a contrarrestar los puntos débiles de la Agenda 2030.


• La Universidad ha tenido algunos cambios en las últimas décadas en relación con la presencia de la filosofía y la ética en sus titulaciones, pero han sido insuficientes o contraproducentes, resultando actualmente en una situación preocupante y frustrante. Se echa de menos un mayor contacto de disciplinas de Ciencias y Tecnológicas con las de Humanidades, que probablemente ayudaría a cambiar la forma de construir el pensamiento.


• La Filosofía debe y puede ayudar a despertar la responsabilidad individual y colectiva. Por ejemplo, reflexionando sobre sobre la vida que es deseable y cómo será el futuro, ayudando a asimilar que no hemos heredado el planeta, sino que lo tenemos prestado, capacitando para el pensamiento crítico, analizando nuestras contradicciones y las de la sociedad o recordando la importancia de sumarnos a la tarea que realizan las demás especies en el mantenimiento de trama de la vida en la biosfera.


El vídeo completo de la actividad se puede ver en este enlace: https://youtu.be/Od3jvmuKEs4


Usando una metodología flexible y participativa, los LIS se marcan el objetivo de aportar ideas o soluciones que nos acerquen a sociedades más sostenibles, dejándolas reflejadas finalmente en un documento de conclusiones. Se centran en distintos ámbitos concretos para cada sesión, buscando aliados y participantes relevantes en la materia que enriquezcan el proceso. Son actividades, además, que promueven la contribución a la Agenda 2030 y buscan ser un punto de encuentro entre el conocimiento generado en la universidad y el procedente del resto de la sociedad.

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