Para ello se ha contado con la participación de Marta Tafalla, doctora en Filosofía y profesora en la Universitat Autònoma de Barcelona; Manuel Bermúdez Vázquez, doctor en filosofía y profesor titular de filosofía de la Universidad de Córdoba, Frederic Sala Mauri, graduado en filosofía en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), máster de filosofía aplicada en la UAB y doctorando en la Universitat de Barcelona; y Cristian Moyano, filósofo y doctor en ciencia y tecnología ambientales por la Universitat Autònoma de Barcelona y el ICTA, investigador post-doctoral en la misma universidad y en el Instituto de Filosofía del CSIC. Coordinando la actividad: Miguel Antúnez, técnico del Aula de Sostenibilidad, y Clara Guijarro, del Área de Protección Ambiental del Servicio de Prevención y Protección de la UCO.
Algunas de las ideas que se aportaron durante la actividad fueron las siguientes:
• La historia de la filosofía muestra una relación continuada con las preocupaciones ligadas a valores de la sostenibilidad, como la justicia, la solidaridad, la cooperación o la responsabilidad hacia nuestro entorno y hacia nuestros semejantes. En ese sentido, se pueden nombrar, por ejemplo, a los epicúreos, a Marco Aurelio, a Schopenhauer, a Peter Singer, a diversos autores de la teoría crítica o al ecofeminismo, entre muchos otros.
• La actual crisis de insostenibilidad aporta indudablemente a las perspectivas y corrientes filosóficas. Sin embargo, aunque en aumento, sigue siendo algo marginal el enfoque filosófico que incluye centralmente el problema de la sostenibilidad. Continúa habiendo una estrecha relación entre ideología y filosofía y muchos filósofos reproducen visiones ligadas al actual modelo en crisis, el mismo que nos está llevando a estos enormes problemas de insostenibilidad. Es un enorme reto, por tanto, desmontar la cosmovisión mayoritaria, antropocéntrica, y realizar aportaciones desde la filosofía que aúnen el pensamiento teórico sobre modelos y el planteamiento de situaciones prácticas para una vida mejor y más sostenible para todos.
• Por un lado, una parte de la sociedad (con grandes acuerdos sociales e institucionales) reclama cambiar el imaginario individual y colectivo para transformar nuestra manera de ser y estar en el mundo, pero, por otro, parece que se desincentivan las herramientas que nos ayudarían a transformar esa cosmovisión. Para afrontar esa paradoja hay que ser consciente de que hay grandes intereses para anular estas herramientas y alejar el foco de la cuestión de la crisis de sostenibilidad. Además, las actuales formas de relacionarnos se presentan como naturales e inevitables, sin alternativa.
• Una filosofía aplicada a la sostenibilidad debe ser consciente del tiempo de urgencia que vivimos, para elaborar una filosofía práctica. La Filosofía lleva tiempo haciendo propuestas concretas de lo que habría que hacer y de cómo debemos cambiar. La Filosofía viene a incomodar ante un imaginario actual que no es realista, presentando preguntas y respuestas que no gustan y animando a tomar partido sobre los asuntos que nos atañen a todos. La Filosofía actual tiene el reto de proponer alternativas de vida buena y feliz con menor impacto ambiental dando importancia a las relaciones personales.
• La Agenda 2030 puede ser una oportunidad para introducir otros enfoques de pensamiento, pero hay que apuntar que se siguen reproduciendo perspectivas de capitalismo verde y de atomización de la vida y del conocimiento que pueden estar agravando la confusión entre síntomas y causas de nuestros problemas. Corrientes filosóficas como el Principio de responsabilidad de Hans Jonas o el Enfoque de las capacidades pueden ayudar a contrarrestar los puntos débiles de la Agenda 2030.
• La Universidad ha tenido algunos cambios en las últimas décadas en relación con la presencia de la filosofía y la ética en sus titulaciones, pero han sido insuficientes o contraproducentes, resultando actualmente en una situación preocupante y frustrante. Se echa de menos un mayor contacto de disciplinas de Ciencias y Tecnológicas con las de Humanidades, que probablemente ayudaría a cambiar la forma de construir el pensamiento.
• La Filosofía debe y puede ayudar a despertar la responsabilidad individual y colectiva. Por ejemplo, reflexionando sobre sobre la vida que es deseable y cómo será el futuro, ayudando a asimilar que no hemos heredado el planeta, sino que lo tenemos prestado, capacitando para el pensamiento crítico, analizando nuestras contradicciones y las de la sociedad o recordando la importancia de sumarnos a la tarea que realizan las demás especies en el mantenimiento de trama de la vida en la biosfera.
El vídeo completo de la actividad se puede ver en este enlace: https://youtu.be/Od3jvmuKEs4
Usando una metodología flexible y participativa, los LIS se marcan el objetivo de aportar ideas o soluciones que nos acerquen a sociedades más sostenibles, dejándolas reflejadas finalmente en un documento de conclusiones. Se centran en distintos ámbitos concretos para cada sesión, buscando aliados y participantes relevantes en la materia que enriquezcan el proceso. Son actividades, además, que promueven la contribución a la Agenda 2030 y buscan ser un punto de encuentro entre el conocimiento generado en la universidad y el procedente del resto de la sociedad.