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“Las migraciones sur-sur son mayores que las migraciones sur-norte”, puntualizó, después de remarcar que el elemento singular de las grandes movilizaciones planetarias contemporáneas es que se trata de flujos “masivos” y a lo largo de los cinco continentes del planeta. González Morales explicó la labor que realiza el relator de Naciones Unidos en defensa de la protección de los derechos humanos de la población migrante.
Felipe González puso en valor los dos informes que su departamento está ejecutando bajo la perspectiva de género. “Hay que destacar la situación de vulnerabilidad en que se encuentran las mujeres migrantes, especialmente las niñas, que ya constituyen la mitad de la población desplazada”, señaló. “El papel de la sociedad civil es crucial, pero la responsabilidad directa es del Estado, que no puede hacer descansar en aquella tareas que le son propias”, aseguró.
El relator de la ONU también recordó que en la legislación internacional pesan más los derechos humanos de los migrantes que la preservación de la seguridad, pese a que muchos estados privilegian esta sobre aquellos. “Las limitaciones de los derechos deben quedar perfectamente acotadas y restringidas”, avisó Felipe González Morales.
Asimismo, lamentó el “fortalecimiento del discurso racista y xenófobo” en todo el mundo y denunció las “numerosas formas de estigmatizar” a las personas migrantes, por lo que apeló a la “responsabilidad” de las autoridades públicas y a la propia ciudadanía. El crecimiento exponencial de los flujos humanos obliga a un “abordaje multilateral”, tal como propone la organización de Naciones Unidas, pese a las reticencias de algunos países, que prefieren diseñar políticas propias y no consensuadas. A este respecto, destacó el valor del recién firmado Pacto Mundial de Migraciones, que, no obstante su importancia, no tiene rango de tratado internacional. En ese foro, España ha asumido el papel de país facilitador, al igual que México, Suiza y Bangladesh.