El acto comenzó con el legado de parte de sus fondos bibliográficos a la Biblioteca Maimónides. La directora de la misma, Carmen Liñán Maza, explicó que los cerca de 3.000 volúmenes donados pasarán a formar parte de las llamadas Bibliotecas Cordobesas, un fondo especial en el que tienen cabida las donaciones de investigadores, docentes, profesionales y en general estudiosos vinculados con Córdoba y su Universidad, que, de este modo, ofrecen a la institución y a la ciudad un patrimonio atesorado a lo largo de los años y que refleja sus intereses, inquietudes y, en suma, su apuesta por el estudio, la investigación y la cultura. La inauguración oficial de la Biblioteca Cordobesa Sevilla Guzmán tendrá lugar en abril de 2026 dentro de la programación de “Abril en la Biblioteca”, partiendo del conjunto documental que esté procesado a dicha fecha. En el acto estuvo también presente el vicerrector de Estudiantes y Cultura, Israel Muñoz Gallarte.
Posteriormente, tuvo lugar una mesa redonda en la que se puso de manifiesto la vigencia del pensamiento del profesor Sevilla Guzmán, tanto como catedrático de Sociología como por sus aportes a la agroecología. El homenaje continuó el sábado con la participación vía online de entidades y asociaciones latinoamericanas y españolas.
La figura de Eduardo Sevilla Guzmán
Eduardo Sevilla Guzmán fue catedrático de Sociología en la UCO, a la que estuvo vinculado desde la década de los 70. Intelectual con una amplia proyección internacional, fue uno de los fundadores del Instituto de Sociología y Estudios Campesinos (el que ahora es el grupo de investigación Cambio Institucional – SEJ 179) en el año 1978, y junto con grandes pensadores e intelectuales de su época, el primer programa de posgrado (Máster y Doctorado) en el mundo en Agroecología, en el año 1993 (Son más de 1000 personas egresadas de estos programas en todo este tiempo, así como más de 110 tesis doctorales defendidas).
El pensamiento de Eduardo Sevilla Guzmán se construyó en torno a las respuestas y cambios que eran necesarios desarrollar para dar respuesta a las crisis ambientales y sociales que ya empezaban a identificarse en nuestro planeta en la década de los 60. Desde una mirada crítica y compleja, Eduardo puso sobre la palestra científica la necesidad de mirar hacia los sujetos excluidos de los lugares de poder y profundamente vinculados con el manejo sustentable de los bienes naturales, especialmente campesinos y jornaleros. Y, a través de procesos de diálogo de saberes y conocimientos, rescatar y poner en valor las formas de acción colectiva que estos sujetos venían desarrollando históricamente, para manejar los bienes naturales y los territorios de forma sustentable, en resistencia a los procesos devastadores (ecológicos y sociales) del capitalismo.
Eduardo fue un pensador clave con una enorme proyección internacional. Fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad Federal de Pernambuco, y protagonista de numerosos eventos de reconocimiento en universidades de México, Bolivia, Brasil, Colombia, Argentina, Venezuela, entre otras.