En este sentido, los rectores y rectoras, durante la posterior reunión del Consejo de Universidades, han reclamado una solución que permita poner en práctica los contratos por actividades científico-técnicas no sujetos a la tasa de reposición para evitar así el colapso del sistema entre el 31 de marzo y la entrada en vigor la Ley de la Ciencia.
Durante el Consejo, se ha insistido a Subirats y a Morant que la reforma de la Ley de Ciencia y de la Ley Orgánica del Sistema Universitario den lugar a un marco coherente e integrador para todos los agentes del SECTI. Desde Crue se remitió hace unos días una serie de propuestas y aportaciones a la reforma de la Ley de la Ciencia con el fin de mejorarla y dar mejor respuesta a las necesidades del Sistema, valorando positivamente las intenciones de la reforma, en la que se percibe una nueva mirada sobre el SECTI y un intento de dar respuesta a los problemas identificados: la carrera profesional del investigador, la actualización de la normativa de transferencia, la mejora de mecanismos de gobernanza para la coordinación y colaboración entre agentes tanto públicos como privados y la disminución de la carga burocrática.