La Universidad de Córdoba (UCO) se ha aliado con el Barcelona Supercomputing Center (BSC) para secuenciar el genoma de todas las variedades que existen en la colección del Banco de Germoplasma Mundial de Olivo de la UCO, lo que convertirá la colección en la mejor caracterizada del mundo, sentando las bases de la selección genómica de nuevas variedades de olivo.
La iniciativa la coordina la doctora Concepción Muñoz Díez, investigadora del grupo Ucolivo de la Unidad de Excelencia ‘María de Maeztu’ Departamento de Agronomía (DAUCO), junto al doctor Toni Gabaldón, del BSC. También participan los doctores Rafael Rubio de Casas (UGR) y Pablo Vargas (RJB-CSIC) como expertos en los parientes silvestres del olivo cultivado.
La secuenciación genómica de una variedad supone la decodificación de todo su material genético. Esto permite conocer mejor las diferentes variedades de olivo, al tiempo que facilita la mejora genética y por tanto el desarrollo de variedades más resistentes a los principales desafíos que enfrenta el sector, como el cambio climático y la escasez de agua o a las enfermedades y plagas.
Ese es el objetivo último del proyecto PROLIVE, un gran consorcio público-privado liderado por la UCO y financiado por la convocatoria Transmisiones del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, en el que se encuentra enmarcada esta acción. Además, la colaboración entre la UCO y el BSC permitirá crear una gran base de datos que integrará y digitalizará toda la información obtenida para generar una herramienta útil para la identificación de variedades de olivo a partir de sus datos genéticos.
Banco de Germoplasma de Olivo
La UCO cuenta con el Banco de Germoplasma Mundial de Olivo, una colección de más de 500 variedades de olivo, localizada en el Campus de Rabanales de la Universidad de Córdoba. Esta colección es además nexo de unión y colaboración entre numerosos grupos de investigación nacionales e internacionales que desarrollan proyectos centrados en el olivar.
Recientemente, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha solicitado su reconocimiento internacional para la incorporación en el Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (TIRFAA), instrumento de cooperación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).