El Atlas está estructurado en 32 capítulos, divididos en 7 capítulos que muestran a la célula y sus componentes (Citología); 5 dedicados a los distintos tejidos, y; los 20 restantes muestran la morfología interna de los diferentes órganos. El voluminoso atlas, de 699 paginas, ofrece un compendio de 1.275 electronografías. Tal y como ha explicado el propio autor, el microscopio electrónico resulta un instrumento ideal para conocer la morfología íntima de las células, tanto las de sus formas normales como las alteradas. Inicialmente es importante conocer la morfología de las células y sus diferentes aspectos que presentan debido a sus manifestaciones vitales, como son el metabolismo, sus diferenciaciones y las divisiones. El profesor Blanco ha glosado la revolución que en términos investigadores supuso la adquisición de un microscopio electrónico en la Universidad de Córdoba, hito del que se cumplen 50 años. Asimismo, el catedrático de Histología y Anatomía Patológica ha apelado a la multidisciplinariedad en la investigación como método para vislumbrar el conocimiento del que, como ejemplo, hace gala el Atlas.
El rector de la UCO ha alabado la persistencia del profesor Blanco a la hora de reunir tal cantidad de electronografías comentadas. Esta tenacidad también ha sido glosada por el consejero, quien ha definido al Atlas como una representación de una vida al servicio de la investigación. El decano de Veterinaria, por su parte, ha manifestado su orgullo por el trabajo del profesorado del centro.
El profesor Blanco arropado por compañeros y autoridades.
Más sobre el Atlas
En el libro se tratan inicialmente las modificaciones generales que acontecen sobre la célula: lesiones elementales de la célula, inflamación, cicatrización y, posteriormente, se presentan las alteraciones más importantes en cada tejido y órganos. En los últimos años, se ha producido un extraordinario avance en los conocimientos relacionados con las diferentes ramas biomédicas, entre ellas la biología molecular y celular, y se debe a la aparición de nuevas metodologías y, sobre todo, a la realización de trabajos de investigación conjuntos por equipos de diferentes áreas de la ciencia. “La microscopía electrónica es posiblemente una de las más importantes metodologías clásicas llamada a complementar a las recientes ramas en el conocimiento de las células tanto normales como alteradas, siendo importante el papel que tienen los estudios ultraestructurales en los campos del diagnóstico e investigación”, ha destacado el profesor Blanco.
En las décadas de los años 60 y 70, el microscopio electrónico fue un aparato novedoso que permitió, por primera vez, evidenciar la morfología interna de la célula y sus componentes, abriéndose una época descriptiva de la morfología íntima de los componentes biológicos. Esto facilitó que existieran numerosos trabajos publicados con la simple descripción celular, solo encontrar un cilio en una célula glandular hipofisaria, era motivo de una publicación en una revista de prestigio. “Pero el poder estudiar la estructura intima de las células, permitió conocer su histofisiología tanto normal como la que ocurrían en los diferentes cuadros morbosos, esto sucede en la década de los años 80 y 90, y se puede considerar una época dorada del microscopio electrónico, al poder conocer la patogenia del funcionamiento normal y patológico de las células y sus componentes”, ha explicado.
“Lo que veo no sé lo que es, y lo que sé no lo veo”
En la primera década del siglo XXI, existe un vacío de conocimientos sobre el comportamiento de la célula frente a los agentes patógenos y, sobre todo, la determinación del lugar en que se encuentran las proteínas conocidas en el interior de la célula, y, en definitiva, el conocer de nuevo la patogenia y el funcionamiento tanto de los mecanismos normales como de los procesos morbosos. El nuevo enfoque de las investigaciones que surge por la alta especialización no solo afecta a los estudios ultraestructurales, sino también al resto de las ciencias, ya que los conocimientos de una única ciencia no son suficientes para la progresión de los conocimientos, y necesita estudios complementarios de otras ciencias. Este nuevo planteamiento de las investigaciones demanda un cambio radical, y ya solo se puede progresar, aplicando en las investigaciones los conocimientos de diversas ciencias, que se usen conjuntamente y de forma complementada, y de esta forma surgen los grupos multidisciplinarios del conocimiento.
“Lo que veo no sé lo que es, y lo que sé no lo veo” este aforismo trata de explicar qué son los grupos multidisciplinares. “Observo una matriz mitocondrial y su densidad electrónica nos indica la existencia enzimática en la cámara interna de la mitocondria, pero se desconoce de qué enzimas se trata, mientras tanto, otros investigadores conocen la naturaleza de las enzimas mitocondriales, pero no detectan donde se encuentran; es el momento de fusionar las investigaciones”, indica el profesor Blanco. A este respecto, el microscopio electrónico adquiere especial relevancia no solo por su función protagonista en determinadas investigaciones, sino también por su aportación para complementar investigaciones multidisciplinares, donde las imágenes que aporta conducen a la correcta interpretación de la patogenia.