Aprendamos a usar bien los puntos limpios: no hay magia para reciclar
Caminamos inexorablemente hacia la reutilización, el reciclaje y la fabricación sostenible y ecológica de todos los productos porque de lo contrario el planeta nos pasará factura. Mientras, hemos de intentar minimizar el impacto medioambiental de lo que tiramos o ya no necesitamos.
En ese camino, la UE ha implantado un ambicioso plan con tres ejes primordiales en los que los usuarios tienen un papel esencial, pues son los que con sus pequeños esfuerzos llevan esos materiales a los puntos de recogida. Desde ahí, el objetivo es transportar los residuos a diferentes plantas procesadoras que se encargan de convertirlos en materia prima de nuevo, lista para volver a la cadena de fabricación, cerrando así el proceso de la economía circular.
¿Es este proceso realmente eficaz? ¿o intentan convencernos de sus bondades mientras por detrás el objetivo es enviar el problema a otro país? (por ejemplo, a un país menos desarrollado donde no hay legislación adecuada y se pueden hacer los procesos de cualquier manera). Veamos el primer eslabón de esta compleja cadena: el usuario que recicla su basura llevándola al punto limpio.
Lo primero a tener en cuenta es que los puntos limpios no son lugares donde “por arte de magia” se separan todos los materiales y se reciclan. Son lugares donde se centraliza la recogida de desechos pero los usuarios tienen la responsabilidad de traer separados los diferentes materiales para su clasificación. Allí se acepta prácticamente todo, menos amianto y residuos radiactivos.
Al entrar en un punto limpio, los que allí trabajamos preguntamos qué es lo que traen (sin olvidar el saludo de rigor). Muchas veces las personas no saben distinguir. Por eso, intentamos hacerles más preguntas que en ocasiones incomodan, llegando a molestarse algunos creyéndose expertos en reciclaje por venir a menudo o haberse empapado de algún programa de TV no muy bien documentado. Desconocen que las normativas cambian de un día para otro y hay que irse adaptando porque lo que hoy tiene una cierta manera de reciclarse, la próxima semana puede tener otra diferente. A veces les dejamos hacer, observando desde la distancia. Cuando vemos que van a depositar un material en un lugar no apto entonces hemos de advertirles, pero en ocasiones en las que hay afluencia y no podemos tener mil ojos terminamos por darnos cuenta de la cantidad de materiales que la gente deposita en los contenedores erróneos, bien por desconocimiento o por comodidad. Ejemplos:
- No es extraño que un usuario te comente que trae un plástico y cuando le preguntas si es duro o blando, te dice que es un tocadiscos, dejándote a cuadros, porque ni es uno ni otro, sino que estos aparatos van al apartado de electrónica (no al de electrodomésticos).
- Otras veces (las que más), traen un artículo que lleva varios compuestos (por ejemplo: madera, metal y tela) y nos preguntan dónde depositarlo. Cuando les contestamos que va a voluminoso se les queda cara de sorpresa y nos dicen que ahí no se recicla; nosotros les comentamos que si quieren reciclar han de separarlos ellos. Si no desmontan ellos los trastos, terminan en el contenedor donde no se recicla. Por ejemplo, maderas tapizadas o con cristal han de separarse para que la madera vaya a su contenedor y si no, todo junto irá directamente al contenedor de voluminoso, llamado así porque alberga lo que no cabe en el contenedor gris de las calles (basura), aunque su destino es el mismo.
- Algunos piensan que plástico duro es todo tipo de plástico, incluidas las bolsas, botellas, garrafas y demás productos, pero todos los “envases” deben ir al contenedor amarillo. El contenedor amarillo es para envases y no para todo tipo de plásticos.
- Algunos depositan una caja de cartón en el respectivo contenedor azul pero llena de basura (porexpan de los electrodomésticos, restos de obras, etc.)
- Los que creen que los electrodomésticos son todo aparato que se enchufe a la pared, incluyendo televisiones, aparatos de música, altavoces, radios, videos y demás que son considerados como electrónica. En cierta ocasión una familia estaba depositando una TV y un reproductor DVD en el contenedor de electrodomésticos (que es para línea blanca aunque se divide en varias categorías). Suelo aconsejar que se utilice la lógica de los supermercados: cuando vas a comprar una tele no vas donde están las neveras o las lavadoras. Los aparatos informáticos tampoco son electrodomésticos.
- Está el que te dice que trae plástico y cuando vas a ver lo que ha tirado en el contenedor te das cuenta que eran cintas magnéticas VHS y discos DVD.
- Algunos traen restos de obras metiendo todo lo que pillan en los sacos pensándose que todo es “runa” (escombros): latas que se han bebido los albañiles, palets, trozos de tubos de plástico, trapos sucios de la limpieza, mochos, escobas, etc. Si no estamos atentos cabe la posibilidad de que al final esa carga de runa termine siendo basura y la empresa gestora podría abrir expediente al punto limpio y a la empresa transportista por comprobar mal el material.
- En los contenedores de pilas y baterías que hay en dependencias municipales terminan depositando de todo: relojes, bombillas, bolígrafos, encendedores, vasos del café, etc. Y cuando llegan al punto limpio hemos de extraer todo lo que podamos.
- También está el que se va al extremo y te trae una bolsita con unas colillas de tabaco, cuando le comunicamos que en los puntos limpios no tenemos lugar específico algunos hasta se enfadan. Nos entran ganas de decirles que si no quieren contaminar lo mejor es que dejen de fumar.
- Están los usuarios que vienen cargados con toda su colección de VHS, CD o DVD en una inmensa caja o en grandes bolsas pensándose que todo va al mismo lugar. Cuando comprenden que la carcasa va a un contenedor, el papel va a otro y los VHS, CD y DVD “desnudos” van a otro, algunos se vuelven a marchar para hacerlo en su casa o se ponen en un lugar discreto del punto limpio separando todo y pasando un buen rato de separación para reciclar.
- Y para terminar (porque la lista sería interminable) están los que traen sus desechos pensándose que los puntos limpios hacen milagros y los separan con una varita mágica. Cuando les informas de que son ellos los responsables de traerlos separados y clasificados entonces, a veces, pueden más las pocas ganas de reciclar, decidiendo tirarlo en el contenedor de voluminoso, quedándose con cara de haber hecho el ridículo por no tirarlo en el contenedor gris más cercano a su hogar.
Estos son algunos de los retos a los que tendrán que dar solución rápida los responsables (sean europeos, nacionales, o autonómicos) empleando campañas de información y acciones para conseguir que se reutilice y se recicle más en los puntos limpios. De ello dependerá en gran medida que nuestro futuro en este planeta sea más largo y placentero, o bien, más breve y más sufrido.
José Luis Rodríguez, trabajador en un Punto Limpio
Fuente: https://blogsostenible.wordpress.com